Todo comenzó a finales de los años sesenta, cuando los rebeldes “teenagers” en la ciudad de Nueva York comenzaron a plasmar sus nombres en las paredes de sus barrios. Claro, que usaban sus seudónimos, lo que hacía parecer más “cool” su extravagante firma. De esa manera se ganaban una identidad, aunque más que una identidad, el respeto por parte de su grupo. Podría ser el ejemplo de Demtrius, un chico de origen griego que desde los 17 años de edad comenzó a poner en las paredes el apodo de Taki 183 (como lo conocían en el área). Este fenómeno llamado “graffiti” a través de los años se ha expandido por Europa, Asia y por supuesto no podía faltar Latinoamérica, dónde muchos jóvenes peruanos lo practican y para muchos prácticamente se ha convertido en un estilo de vida.
Durante los primeros años de la
década de los ochentas, el graffiti aterrizó en el Perú. Artistas urbanos como
“Prms”, “Base” y “Demos”, entre otros, comenzaron a hacer más y más conocida
esta forma de arte. Son conocidos como “graffiteros”. Los jóvenes peruanos
relacionaban al graffiti con una voz de protesta, con una nueva manera de poder
expresarse y hacerle frente a los abusos de la ley y las injusticias sociales.
Muchas personas comenzaron a relacionar el graffiti con un acto delincuencial,
puesto que al escribir sobre bienes inmuebles, muchos también comenzaron a
tener una imagen negativa acerca de esta cultura.
Científicos y sociólogos alrededor
del mundo comenzaron a manifestarse diciendo que el graffiti se hacía para
delimitar un territorio y así mismo, ganarse la protección de entre los
miembros de una pandilla. Ante estas declaraciones, muchos jóvenes reaccionaron
y dijeron que cuando ellos pintaban, lo hacían como una sensación de libertad.
No obstante, muchos miembros de pandillas alrededor del mundo y en nuestro país
de verdad usaban el graffiti como una muestra de dominio de un área. A veces
como símbolo de poder, lo que ponía al graffiti en medio de la polémica.
Ya en el año 1999, las paredes de
la ciudad de Lima iban llenándose de paredes pintarrajeadas de todo color y
toda forma. El graffiti era el género en dónde los jóvenes podían mostrar sus
habilidades para el arte callejero. Es cierto que muchos jóvenes de condiciones
humildes, utilizaron el graffiti como medio de escape de la delincuencia y las
drogas, ya que muchos organizadores de eventos (especialmente de hip hop) los contrataban para realizar pintas en el
lugar del show y ambientarlo a la onda urbana. También es cierto muchos jóvenes
practicantes de este arte se empezaron a juntar en agrupaciones fuertemente
consolidadas que se dedicaban al desarrollo del graffiti como arte y plasmarlo
como una filosofía de vida.
Un ejemplo claro es un grupo
llamado “Dedos Manchados en la Jungla de Concreto”, conocido por sus iniciales como
“DMJC”. Este grupo de creó en 1999 con la fusión de dos grupos de graffiteros:
TFC (Tomando Falso Concepto) y FCI (Fusión de Ideas de la Calle). DMJC existe
hasta el día de hoy y si bien muchos de sus integrantes ya no practican el
graffiti, aún siguen siendo una familia que crece más y más y que año a año se
van solidificando. DMJC comenzó con 7 integrantes y ahora son más de quince. Al
grupo de graffiteros se les denomina “crew”.
Debemos tomar en cuenta los datos
estadísticos de la práctica del graffiti en Lima:
Sólo cerca del 2% de graffiteros
obtienen un ingreso practicando este tipo de arte, resaltando que solo el 0.9%
logra verdaderamente vivir sólo del graffiti.
El 10% de graffiteros lo hace de
manera legal, el 85% lo hace de manera legal y el 5% hace vandalismo explícito.
El 80% de municipalidades en Lima
Metropolitana tiene programas de inclusión para el graffiti.
¿Y quién es el medio de inclusión
social que tienen en su planilla a graffiteros? Pues nada menos que las
empresas relacionadas a los deportes extremos. Prestigiosas marcas como
“Dunkelvolk”, “Gzuk”, o “Tensor”, entre otras, lanzan líneas completas con
diseños de graffiti dirigidas a un segmento joven. Estas empresas tienen en sus
filas a graffiteros creativos, muchos de ellos también diseñadores, publicistas
y maletero, quienes aportan ideas valiosas y conceptos para el desarrollo de la
empresa.
También están las municipalidades,
que buscan inculcar el graffiti mediante exposiciones, ferias y reuniones, de
manera que mientras más permitan el graffiti legal, el ilegal disminuye
notablemente. Empresas como “Cementos Pacasmayo” ofrecen oportunidades a los
graffiteros dándoles muros libres y los auspician para que puedan salir
adelante. A cambio, estos artistas brindan obras hechas por ellos mismos para
la empresa.

Exposiciones de
graffiti:
El pasado 6 de febrero se inauguró la exposición
colectiva “20 Años Graffiti y Street Art en Lima”. Esta exposición contó con
más de 40 obras realizadas por reconocidos artistas urbanos y graffiteros. Fue
llevada a cabo en la “93 Galería” del Callao y fue muy atractiva tanto para
visitantes nacionales, como para turistas. Esta exposición permitió potenciar a
un sector de la población juvenil a las prácticas artísticas como una forma de
expresión libre. También permitió mostrar un recorrido visual a peruanos y
extranjeros, acerca de la escena de arte urbano en Lima. Los artistas invitados
correspondieron a quienes iniciaron en los noventas, con graffiti ilegal, la
transición y la escena actual. También podemos encontrar otras exposiciones de
graffiti como la que hubo en “Casa Drama” en el año 2008. Actualmente en el
Museo de Arte de Lima también podemos encontrar talleres para realizar este
controvertido arte.
No cabe duda que el graffiti, pasó de ser un simple arte
de garabatos pintarrajeados en una pared hecho por adolescentes rebeldes, a
toda una filosofía de vida. Si bien es cierto que el graffiti ahora se práctica
en cualquier parte del mundo, el graffiti peruano es algo peculiar, algo que
plasma desde sentimientos de lucha, hasta sentimientos de amor; todo esto en
una pared. El graffiti en Lima, narra nuestra propia historia urbana, el
espíritu rebelde de los jóvenes limeños que muchas veces se callan, pero que el
spray y la pared hablan por ellos. Es algo tan nuestro que turistas de todo el
mundo han sabido apreciarlo e incluso muchos, aun les cuesta entenderlo, porque
es algo muy profundo.
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